Más denso y más caliente
¡And all start with the Big Bang!
La música de entrada de la serie televisiva The
Big Bang Theory, se podría traducir a “y todo empezó con la gran explosión”.
La serie satiriza la vida de cuatro científicos de Caltech, geeks y poco
sociales que intentan convivir con su vecina, una chica en busca de convertirse
en actriz. Se las recomiendo para pasar un buen rato y aprender una que otra
cosa sobre uno que otro tema científico.
Resulta bastante complejo hablar sobre cómo es que
todo empezó ya que aún en la actualidad nos falta explicar que pasó en las
primeras fracciones de segundo de esta gran explosión, sin embargo, podemos
comenzar hablando de cómo sabemos que todo empezó con un gran “bang”.
A principios del siglo pasado, en el año de 1929,
el estadounidense Edwin Hubble concluyó de acuerdo a sus observaciones que el
universo estaba en expansión y la pregunta sería, pero ¿cómo le hizo? La
respuesta, el corrimiento hacia el rojo que observó Hubble, si nos quedáramos
con esa información quizá podríamos sorprender a uno que otro despistado, el
problema vendría cuando nos preguntasen ¿qué es el corrimiento hacia el rojo?
Para observar el universo los científicos utilizan
instrumentos que detectan ondas. Cuando vemos algo, nuestro cerebro procesa
esas ondas y les asigna colores, cuando oímos algo lo mismo sucede, captamos
ondas y les damos un significado. Al observar galaxias o quasares lejanos (un
enorme agujero negro en plena acción), los científicos se percatan que la luz en
su forma científica, el patrón de las líneas de emisión o absorción
correspondientes a átomos de los elementos que interactúan con la radiación, se
ha desplazado a longitudes de onda más larga. Para entender eso situémonos en
el espectro visible. La longitud de onda más corta es el violeta, por eso que a
las ondas todavía más cortas y más energéticas se les conoce como
ultravioletas, de ahí en aumento de su longitud sigue el azul, verde, amarillo
y rojo, posterior al rojo en longitudes más grandes se encuentra el infrarrojo.
Aunque para el ojo humano dicho corrimiento no es apreciable, cuando los
astrónomos analizan sus mediciones meticulosamente el corrimiento es
consistente y proporcional a la distancia que existe entre las galaxias y
nosotros.
Corrimiento al
rojo de las líneas espectrales en el espectro visible de un supercúmulo de
galaxias distantes (derecha), comparado con el del Sol (izquierda). La longitud de
onda se incrementa hacia el rojo y más allá.
Imagina que tenemos un globo y a este le
pintamos unos cuantos puntos, cuando empezamos a inflarlo estos puntos se
separan uno de otro, así como lo hacen las galaxias, esto quiere decir que si
regresamos en el tiempo el universo era más pequeño. Por lo tanto, había más
masa en menos espacio, porque como alguna vez habrán escuchado la materia no se
crea ni se destruye, sólo se trasforma. Al cociente de masa sobre volumen se le
llama densidad, si tenemos la misma masa, pero menos volumen la densidad
aumenta. Imagina que tienes 10 personas en un cuarto, ¿qué pasa si metemos a
las mismas 10 personas en la mitad de ese cuarto?, las personas estarían cada
vez más juntas hasta que ya no haya separación entre una y otra, por consiguiente,
el sistema sería más denso. Así que hasta este punto llegamos a que en un
principio todo era más denso, ahora ¿qué onda con el más caliente…?
La radiación de fondo de microondas, CMB (Cosmic
microwave bakcground) por sus siglas en inglés, indica que en el universo
temprano debió haber sido muy caliente para que toda la materia que se conoce
estuviera interactuando de manera tan cercana. En el año de 1965, Arno Penzia y
Robert Wilson ambos científicos de Laboratorios Bell, intentaban ver la
radiación apuntando su radiotelescopio al centro del universo. Consistentemente
tenían un ruido de fondo que no podían entender, posteriormente se dieron
cuenta que dicho “ruido” era igual en todas direcciones y constante, con un
valor de cerca 3 K, lo cual se predecía en la hipótesis del Big Bang.
¿Pero qué tiene eso que ver?
Durante la expansión del universo la
temperatura, en algún momento, estuvo muy por encima de 3000 K. Arriba de esta
temperatura los electrones y protones están separados, lo cual es contrario a
como los conocemos en la actualidad como partículas unidas por interacciones
eléctricas, como nos han enseñado (un átomo está compuesto por protones,
neutrones y electrones). En un inicio cada una de estas partículas estaba
dividida en sus sub-partículas y debido a la cantidad de energía cada una
existía por separado. Por debajo de los 3000 K se forman los átomos y se
permite el paso de unas partículas llamadas fotones (en lenguaje coloquial luz)
a través de este gas inicial viajando y creando el universo que intentamos
conocer. En resumidas cuentas, era mucho, mucho, mucho más caliente…
Las pruebas de que el universo surgió de
una gran explosión son consistentes, los científicos en la actualidad se
dedican a llenar las lagunas de información que se requieren para conocer el
desarrollo de nuestro universo desde el comienzo. Una de las incertidumbres es
la de si nuestro universo seguirá expandiéndose indefinidamente o nos
encontramos en un universo oscilante, lo cual quiere decir que el universo se
expande y se contrae cada cierto tiempo. Para saber eso se tiene que conocer si
la densidad de masa del universo es mayor a la densidad crítica la cual se
estima con la ecuación de Friedmann. Esta ecuación fue desarrollada por el Ruso
Alexander Friedmann en el año 1922, en resumidas cuentas estas ecuaciones describen
la expansión del universo tomando como base la relatividad general. Lo sé todo
eso suena complicado, lo que podemos entender es que gracias a estos cálculos
podemos saber si el universo alcanzaría un tamaño máximo y luego ¡comenzaría a
colapsarse! Haciéndose más denso y más caliente nuevamente para lo cual
faltarían muchísimos millones de años. Aunque si la densidad en el universo es
igual o menor a la dicha densidad crítica, la expansión disminuiría su
velocidad, pero nunca se detendría… Lo cual parece ser el caso ya que haciendo
las mediciones la suma total de la materia sería de un 10% la necesaria para
alcanzar la densidad crítica.
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